El húmero de Turiasaurus riodevensis tiene 178 cm de longitud ¿imaginas cuántos meses nos llevó limpiarlo?
El trabajo de limpieza de un fósil es una tarea delicada, no apta para impacientes. Cualquier decisión errónea puede dañar el fósil o alterar su estado de conservación.
Existen dos técnicas principales de limpieza para los fósiles: métodos mecánicos y químicos.
Los métodos mecánicos más frecuentes suelen emplear útiles de percusión, rotación y abrasión, como delicadas herramientas de aire comprimido que son parecidas a las de los dentistas. Cuando hablamos de métodos químicos no sólo hacemos referencia a la combinación de distintos ácidos, el agua con detergente o acetona entra dentro de esta categoría.
Ahora que tienes algo más de información puedes mirar más allá de lo que ves. Incluso te proponemos un desafío: algunos de los fósiles que están limpiando son relativamente sencillos de identificar ¿te atreves?
Música Kevin MacLeod, sujeta a una licencia de Creative Commons Attribution (https://creativecommons.org/licenses/by/4.0/