Cuando sales a comprar un libro generalmente tienes una hoja de ruta. Vas a una librería y buscas en una determinada sección, pues los libros suelen estar ordenados siguiendo algún criterio (si no fuera así sería imposible encontrar lo que buscas).

Pues algo parecido sucede cuando los paleontólogos buscan yacimientos. Ocasionalmente los hallazgos pueden ser casuales, porque los fósiles están en la superficie del terreno o (algo que sucede a menudo) durante determinadas obras se encuentran restos arqueológicos o paleontológicos.

Los mapas geológicos son la hoja de ruta de los paleontólogos. El estudio de la configuración geológica del terreno y de sus estratos nos permite saber qué podríamos encontrar en determinadas zonas.

El solar turolense, por ejemplo, presenta una rica y variada sucesión de fósiles debido a su configuración geológica. La provincia engloba rocas sedimentarias de las tres eras geológicas del Fanerozoico y tiene excelentes condiciones en sus afloramientos (relieve con grandes diferencias de cota, poca vegetación y casi nula intervención humana sobre el terreno).

La idea romántica de andar y encontrar fósiles importantes no va muy de la mano del método científico de prospección sistemática pero, a veces, existen personas afortunadas. Si eres una de ellas... ¡avísanos antes de recoger el fósil!

 

 

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Música Kevin MacLeod, sujeta a una licencia de Creative Commons Attribution (https://creativecommons.org/licenses/by/4.0/)