Un equipo de investigadores españoles describe en la revista Geodiversitas los restos del último oso panda de la península ibérica. El análisis de distintos fósiles del yacimiento Las Casiones (Villalba Baja) ha revelado la presencia en Teruel, hace unos 6 millones de años, del género Indarctos, emparentado con el actual panda gigante de China. Investigaciones anteriores situaron también en la península ibérica el primer representante en Europa del linaje del oso panda.
Un artículo publicado en 2012 situó el origen del linaje del panda gigante en la actual España, hace entre 11 y 12 millones de años, a partir de distintos fósiles recuperados en los yacimientos Abocador de Can Mata (Els Hostalets de Pierola, Barcelona) y Nombrevilla 2 (Daroca, Zaragoza). Se trataba de los restos más antiguos de su grupo, que actualmente solo está representado en Asia y cuya especie más emblemática es el panda gigante de China, Ailuropoda melanoleuca. Esta especie habría evolucionado a partir de formas más basales como las encontradas en los yacimientos españoles.
Ahora, un artículo liderado por el paleontólogo Juan Abella, del Institut Català de Paleontologia Miquel Crusafont (ICP), conjuntamente con investigadores del Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN‐CSIC), la Universidad de Ciudad del Cabo, la Universidad de Valencia y la Fundación Conjunto Paleontológico de Teruel‐Dinópolis (FCPTD), describe restos del esqueleto poscraneal y de la dentición de la especie Indarctos punjabiensis del yacimiento de Las Casiones (Villalba Baja, Teruel), que tienen una antigüedad de unos 6 millones de años. El hallazgo revela que el último oso panda de Europa vivió en Teruel.
“Las características craneales, mandibulares y dentales de estos fósiles permiten clasificarlo dentro de la subfamilia de los ailuropodinos, grupo al que pertenece el panda gigante actual”, comenta Juan Abella. Según los métodos genéticos, los ailuropodinos se habrían separado de las otras subfamilias de osos actuales durante el Mioceno inferior, hace unos 20 millones de años.
“Estos osos eran predominantes en las comunidades de carnívoros durante la mayor parte del Mioceno superior en la península ibérica”, explica Abella. En esta época existieron por lo menos tres especies de oso distintas en la región que actualmente es España. En general, el esqueleto de Indarctos indica que sería un animal de dieta básicamente omnívora, aunque con una gran cantidad de componente vegetal. Las crías podrían trepar a los árboles con bastante facilidad para huir de posibles peligros mientras que los ejemplares más grandes podrían hacer frente a cualquier ataque gracias a su gran tamaño y a sus poderosas zarpas.
Hace 6 millones de años, en el periodo de tiempo denominado Turoliense superior (Mioceno superior), el entorno de Las Casiones (situado entre Villalba Baja y Celadas) era una zona lacustre donde vivían estos osos acompañados de una fauna muy diversa de otros grandes mamíferos que incluía a parientes de los elefantes actuales, hipopótamos, rinocerontes y équidos, así como roedores, puercoespines, bóvidos, cérvidos, mustélidos, hiénidos y otros carnívoros “dientes de sable” actualmente extintos. La asociación de mamíferos de Las Casiones es un buen exponente de las faunas previas a una crisis que aconteció a finales del Mioceno y que supuso la desecación casi total del mar Mediterráneo.
Los fósiles de Indarctos se recuperaron en campañas de excavación dirigidas por Luis Alcalá y María Dolores Pesquero (FCPTD) y los más representativos se encuentran expuestos al público en Dinópolis.
Imagen: Exposición en Dinópolis de los dientes del oso panda de Las Casiones (Villalba Baja, Teruel). Fundación Dinópolis.